El
neoliberalismo dentro de su lógica excluyente, marginadora, sobreexplotadora,
requiere que los trabajadores y los pueblos cada día tengan menos derechos,
para poder tener mano de obra barata e indefensa. Por ello del estado
bienestar, protector de la década de los 60 en él cual primaban el enfoque jurídico de los derechos adquiridos,
los mismos que eran irrenunciables y todo acto contrario es nulo, sino veamos
lo que dice el Reglamento de la Ley del Profesorado el DS Nº 19-90-ED en el
Art. 43º “Los derechos alcanzados y reconocidos al profesorado por la Constitución,
la Ley y el presente Reglamento son irrenunciables, toda aplicación en contrario
es nula”. Tras la caída del muro del Berlín y el derrumbe de la URSS, se impuso
el capitalismo salvaje que depreda y contamina el planeta en pos de hacer más
ricos a los ricos y más pobres a los pobres, el mundo está a puertas del
colapso ecológico que merma la vida a los que menos tienen. En ese marco en la
década de los 90 surge el enfoque
jurídico de los derechos cumplidos, por el cual hoy una ley te da un
derecho y otra ley te lo puede quitar mañana, sin derecho a reclamo jurídico.
Ese es el marco jurídico neoliberal establecido para liquidar los derechos
laborales y sociales.
Para
nuestro punto de vista el Proyecto de Ley de Desarrollo Docente o de Reforma
Magisterial (pLRM) no es otra cosa que la CPM con nuevo ropaje y que continua
buscando liquidar los derechos conquistados por el magisterio entre ellos
principalmente la estabilidad laboral al establecer en su Segunda Disposición
Final “Deróganse las Leyes
24029, 25212, 26269, 28718, 29062 y 29762 y déjense sin efecto todas aquellas
disposiciones que se opongan a la presente Ley”, así mismo quiere acabar con
los derechos remunerativos del magisterio respecto al 30% por preparación de
clases con lo establece su Primera Disposición Final “A partir de la vigencia
de la presente ley queda suprimido todo concepto remunerativo no considerado en
la presente Ley”.
Para
nadie es un secreto que la CPM no sólo fracaso en su propósito de liquidar a la
Ley del Profesorado, sino que no ha servido para generar mejoras educativas, en
primer lugar de los 334,750 docentes del sector público pertenecen a la CPM
53,612 de los cuales 28,646 son docentes recién nombrados, por lo tanto sólo
logro incorporar a 24,966 que pertenecían a la Ley del profesorado, la mayoría
de ellos ingresaron tras denuncias de ventas de pruebas y otros estando
desaprobados fueron incorporados. La reciente prueba censal ECE 2011, ha
demostrado que las regiones donde hay mayor número de docentes de la CPM han
quedado en los últimos lugares en comprensión lectora, todo lo contrario ha
ocurrido con los primeros lugares que la han ocupado Moquegua Arequipa y Tacna
donde el número de docentes en la CPM es muy reducido. Con el cambio de ropaje
de la CPM y privilegiando a quienes están en ella, se está premiando a quienes
han ingresado a esa ley en formada ética y así mismo está poniendo un borrón y
cuenta nueva a todas las trapacerías del APRA.
Respecto
a las mejoras remunerativas, es un secreto, pero las especulaciones y las
declaraciones a medias tintas de los voceros del MINEDU afirman que van a ser
un promedio de 110 a 400 nuevos soles entre cada nivel, si es así los más de
282,000 maestros de la Ley del Profesorado saldrían perdiendo ya que su lucha
por el pago continuo del 30% por preparación de clase y evaluación, deberían recibir
un incremento salarial en promedio de 350 nuevos soles como mínimo.
El
pLRM, busca pasar a todo el magisterio a ella en forma obligatoria pero con
trato diferencial, a los docentes de la Ley del profesorado son degradados al
ser ubicados sólo al I y II nivel magisterial y a los docentes de la CPM son
privilegiados pasando al nivel superior inmediato del que se encuentran. Se
continúa con la marginación a la mayoría que tienen mejores resultados
educativos y se premia a quienes a la fecha sus resultados son de regular para
abajo, está en la injusticia del neoliberalismo, que genera privilegios para
sus felones.
Se
vuelve a excluir de ascenso a los cargos jerárquicos, directivos y de
funcionarios a los docentes de la Ley del Profesorado, debido que para estos
cargos se requiere como mínimo estar en el III nivel magisterial, requisito que
sólo lo cumplirían los de la CPM, así mismo esto significaría que los actuales
directivos perderían sus cargos y pasarían a aula. Con esta la LRM no existe
estabilidad absoluta, por lo tanto a los docentes se les puede mover al justo
de la autoridad educativa, a eso Ollanta le
llama “poner disciplina al docente” yo lo llamaría mayor opresión e
injusticia al magisterio, no se puede gestionar la educación a través del chantaje,
el miedo y el terror, tal mecanismo sólo obtiene gente sumisa y carente de
dignidad
El
conare-movadef y su protagonismo electorero de imponer a sus militantes en el
CNL de la huelga han dado el mejor pretexto a la derecha bruta y achorada para
arremeter primero en contra de la huelga estigmatizándola como de
prosenderista, una vez logrado su propósito de aislar al movimiento
huelguístico e impedir que logren los pagos de sus derechos remunerativos
conculcados y pisoteados por años, ahora a pasado en una segunda etapa a
descalificar a todo el magisterio en sus competencias profesionales y
laborales, vetándonos así como interlocutores validos para opinar respecto a
esta reciente propuesta de proyecto de Ley de Desarrollo Docente o de Reforma
Magisterial. Cumpliendo así su plan neoliberal de debilitar la escuela pública
e inmovilizar al sindicato y todo gremio magisterial, tal como viene ocurriendo
al vetar la presencia del SUTEP en la evaluación laboral y obviar la
colegiatura como requisito para ejercer la docencia.
¿Que
hacer?, en primer lugar debemos salir a enfrentar la campaña mediática contra
el magisterio, en segundo lugar exigir el debate nacional para el proyecto de
ley con la participación del magisterio, ese es un derecho que tenemos como ciudadanos
y revertir está realidad, pero para lograr estos propósitos los maestros deben
forjar la más grande unidad que les permita prepararse para evitar la
implementación de citada ley cuando sea aprobada, ya la historia ha demostrado
que leyes aprobadas nunca se implementaron por la resistencia social. Hoy la
correlación de fuerzas no son las más favorables, pero si se deponen
sectarismos y se trabaja por la unidad del magisterio la historia puede ser
otra.
Por: Ángel Agustin Salazar Piscoya